Joan Brull y Vinyoles (1863-1912)

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Joan Brull (1863-1912)

La vida de Joan Brull se sitúa entre Cataluña y París a finales de siglo XIX y principios de siglo XX. Brull siguió la trayectoria habitual de muchos artistas de su época, pero tuvo una sensibilidad y un estilo que lo hacen único.

Fotografía de Joan Brull en su taller
Retrato del pintor Joan Brull por Joaquim Mir, 1898 - 1899
Óleo sobre lienzo, 46 x 50 cm. Colección particular

Como otros chicos jóvenes con inquietudes artísticas, asistió a clases en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, ​​llamada Escuela de Llotja.

Recordo, y no oblidaré may, la impresió què'm feyan els quadros de l'Urgell quan jo era encara xicot. Al sortir de Llotja, sempre'ns aturavam devant d'una botiga dels Escudellers (crech què'n deyan à ca'n Monter), que moltas vegadas exposava obras del mestre.

[Recuerdo, y no lo olvidaré nunca, la impresión que me hacían los cuadros de Urgell cuando yo era todavía joven. Al salir de Llotja, siempre nos parábamos delante de una tienda de [la calle] Escudellers (creo que la llamaban Ca'n Monter), que muchas veces exponía obras del maestro.]

Joan Brull. Joventut, 20-12-1900, p. 709

Completaba este aprendizaje asistiendo al taller de uno de los pintores realistas más destacados del momento, Simó Gómez, en el barrio del Poble Sec. Simó Gómez fue maestro de otros futuros pintores, arquitectos e ilustradores como Josep Cusachs, Josep Pascó o Enric Sagnier.

Retrato de Joan Brull, 1884
Retrato de Joan Brull, 1884

Jo era molt jove, casi una criatura quan el meu germà va presentarmhi pera comensar els estudis de pintor, y may més oblidaré l'efecte què'm produhí'l taller del mestre. (...) En Gómez trevallava entre tots nosaltres, y'l seu model era’l de tots. Allí reynava la veritable expansió, desconeixentse la pose avuy tan comú entre els artistas y'ls aprenents de bohemi. Allí era tot senzill y natural; tots deyam lo què'ns semblava, y las més estravagants hipòtesis y'ls disbarats més garrafals se sentavan y's discutían ab una animació y un soroll que semblava impossible qu'en Gómez pogués trevallar.

[Yo era muy joven, casi un niño cuando mi hermano me llevó para empezar los estudios para pintor, y nunca más olvidaré el efecto que me produjo el taller del maestro. (...) Gómez trabajaba entre todos nosotros, y su modelo era el de todos. Allí reinaba la verdadera expansión, se desconocía la pose hoy tan común entre los artistas y los aprendices de bohemio. Allí era todo sencillo y natural; todos decíamos lo que nos parecía, y las hipótesis más extravagantes y los disparates más garrafales se discutían con una animación y un alboroto que parecía imposible que Gómez pudiera trabajar.]

Joan Brull. Joventut, 24-10-1901, p. 2, 6.

Al morir su maestro siguió formándose con el pintor y decorador Ramon Padró que lo llevó a trabajar por varios lugares de España y a vivir un tiempo en Madrid. Poco tiempo más tarde, gracias al mecenas Antonio Garriga pudo marchar a París, el destino soñado de todo artista. A finales de siglo XIX, París era el centro artístico internacional del momento: lugar de encuentro de artistas, con numerosas galerías y marchantes, academias de arte donde asistían alumnos de todo el mundo, además se celebraban anualmente varios salones. Allí se apuntó a la Academia Colarossi, donde fue alumno del pintor Raphäel Collin que le abriría una nueva sensibilidad, y conoció muchos otros artistas. A pesar de vivir en París unos dos años, no se desvinculó de Barcelona sino que continuó participando en la vida artística de la ciudad: en la Sala Parés, en la exposición inaugural de la nueva sede del Círculo Artístico o en la Exposición Universal de Barcelona de 1888.

Tras el cosmopolita París, Brull hizo un cambio rotundo yendo a vivir a pequeñas poblaciones rurales e instalándose durante unos años en Girona, donde fue uno de los protagonistas de la vida artística de la ciudad exponiendo sus obras en los escaparates de Tito Corominas y la sastrería Cibils. A principios de los años noventa abrió la "Gran Academia Moderna" junto con Prudenci Bertrana, donde daban clases de pintura para hombres, y en horas concertadas, para mujeres.

Brull y tres hombres frente a una obra del artista, c. 1891. Archivo particular
Brull y tres hombres delante de una obra del artista, c. 1891. Colección particular

Barcelona fue su siguiente destino, donde se instaló en el antiguo taller de Simó Gómez en el Poble Sec. Durante los últimos años del siglo XIX Brull vivió el ambiente artístico barcelonés entre los miembros y las actividades del grupo de los modernistas articulado alrededor de los pintores Ramon Casas y Santiago Rusiñol. Brull participó en la Tercera Fiesta Modernista de Sitges y frecuentó las tertulias de la taberna d’Els Quatre Gats, lugar de encuentro de los modernistas.

 Retrato de Joan Brull por Ramon Casas, 1898
Retrato de Joan Brull por Ramon Casas, 1898

Realizó una segunda estancia en Francia, en Neuilly-sur-Seine al lado de la capital, donde participó en el gran acontecimiento que supuso la Exposición Internacional Universal de 1900, donde fue premiado.

fotografía del Palau de Belles Arts de la Exposición Universal de París del 1900
Palacio de Bellas Artes de la Exposición Universal de París de 1900

Faltava poch temps pera la obertura de la Exposició Universal de París de 1900. Jo vivia aislat à Neuilly, sense que de la tal Exposició ningú me'n hagués dit res, y lo mateix els hi succehia als altres espanyols residents allí (...) M'havian acceptat dos quadros, els més petits. Dels altres dos, me deyan ab molts modos que no'ls podían acceptar per falta de lloch. Molt bé: paciència. (...) Ja oberta la Exposició, se pot dir qu'al principi'ls artistas no'ns en moviam. Y ab motiu, perquè no's podia presentar un espectacle més grandiós del art modern.

[Faltaba poco tiempo para la apertura de la Exposición Universal de París de 1900. Yo vivía aislado en Neuilly, sin que de la tal Exposición nadie me hubiera dicho nada, y lo mismo les sucedió a los otros españoles residentes allí (...) Me habían aceptado dos cuadros, los más pequeños. De los otros dos, me decían con buenas maneras que no los podían aceptar por falta de espacio. Muy bien: paciencia. (...) Ya abierta la Exposición, se puede decir que al principio los artistas no nos movíamos de allí. Y con razón, porque no se podía presentar un espectáculo más grandioso del arte moderno.]

Joan Brull. Joventut, 5-9-1901, p. 593-594.

Joan Brull decidió instalarse definitivamente en Barcelona con su familia, en una casa en Montjuïc que también le permitía tener su taller en la planta superior. Durante los primeros años del siglo XX Joan Brull se convirtió en crítico de arte escribiendo crónicas artísticas regularmente en el semanario Joventut, una publicación de referencia en la ciudad. Los escritos evidencian su conocimiento sobre la pintura europea del momento y son una crónica del gusto, las ideas y los conflictos del arte catalán de entonces. Su trabajo como crítico le supuso muchas enemistades porque atacaba indistintamente los artistas académicos como los jóvenes. Brull formaba parte de la “peña” de Can Parés, donde a menudo discutía con Modest Urgell sobre pintura, literatura y teatro tal como recordaba Enric Galwey en El que he vist a Can Parés en els darrers quaranta anys.

Joan Brull en su taller. Fotografía de Francesc Serra, 1904. Arxiu Fotogràfic de Barcelona
Joan Brull en su taller. Fotografia de Francesc Serra, 1904. Arxiu Fotogràfic de Barcelona

En Barcelona presentó sus exposiciones individuales en la Sala Parés y en la Casa Esteva, Figueras y Sucesores de Hoyos después de haber participado en numerosas colectivas tanto nacionales como internacionales.

Joan Brull murió en Barcelona a los cuarenta y nueve años, dejando un gran legado artístico. Sus compañeros de la Sociedad Artística y Literaria de Cataluña le hicieron un homenaje póstumo. Su discípulo, el galerista Josep Dalmau, organizaría una exposición retrospectiva en 1924 para homenajearlo.

Homenaje de la Societat Artística i Literària de Catalunya a Joan Brull, 1912
Homenaje de la Sociedad Artística y Literaria de Cataluña a Joan Brull, 1912