El artista modernista Joan Brull. El modernista, 1901 Més tart vaig anar à Madrid, y à Paris després, fent com els altres, com fan tots els que comensan; y vaig ser modernista, trobantho tot dolent, y com que de joves sempre n'hi haurà, y sempre n'hi ha hagut, y s'han d'obrir camí, y empaytan als vells donant per escusa qu'alló es dolent, qu'es negre ó es blanch, segons la evolució qu'está fent l'art, creyentse ells qu'están en lo just, no comprenen que no fan més que seguir la moda; com passa ab els colls de camisa, què'm sembla à mi que deuhen patir molt els què'ls portan alts. Lo mateix vaig fer jo: seguir la corrent. Y vaig ser modernista. Y es tan fàcil serho! Sols s'ha de fer lo que fa la majoria: seguir, com segueix el be al remat. Aixis ho fan tots. [Más tarde fui a Madrid, y a París después, haciendo como los demás, como hacen todos los que empiezan; y fui modernista, encontrándolo todo malo, y como siempre habrá jóvenes, y siempre ha habido, y deben abrirse camino, y persiguen a los viejos dando como excusa que aquello es malo, que es negro o blanco, según la evolución que está haciendo el arte, creyéndose que están en lo cierto, no comprenden que no hacen más que seguir la moda; como ocurre con los cuellos de camisa, que me parece a mí que deben sufrir mucho los que los llevan altos. Lo mismo hice yo: seguir la corriente. Y fui modernista. Y es tan fácil serlo! Sólo hay que hacer lo que hace la mayoría: seguir, como sigue el cordero al rebaño. Así lo hacen todos.] Joan Brull. «Notas d’art». Joventut, 20-12-1900, núm. 45, p. 709 En sento parlar à tothom y per tot arreu. Fins algunas vegadas anant pel carrer me motejan de modernista, lo que no havia fet ningú quan jo era més jove y duya'ls cabells molt més llarchs qu'ara; proba segura de què's tracta d'una epidèmia nova, y fins crech que inherent y casi exclussiva de Barcelona. Tots els què's prenguin la molèstia de llegir aquestas ratllas no'm negaran que, d'alguns anys ensá, no sentim parlar més que de modernisme, y sembla que pera estar bé una cosa ha d'ésser modernista. [Oigo hablar a todos y por todas partes. Hasta algunas veces yendo por la calle me tratan de modernista, lo cual no había hecho nadie cuando yo era más joven y llevaba el pelo mucho más largo que ahora; prueba segura de que se trata de una epidemia nueva, y hasta creo que inherente y casi exclusiva de Barcelona. Todos los que se tomen la molestia de leer estas líneas no me negarán que, desde hace algunos años, no oímos hablar más que de modernismo, y parece que para que algo esté bien, debe ser modernista.] Joan Brull. «Notas d’art». Joventut, 24-1-1901, núm. 50, p. 75-76