Joan Brull y Vinyoles (1863-1912)

ca - es
subir ↑

Joan Brull, crítico de arte

Formación de un artista

imagen critic_artista
Joan Brull en su taller con dos modelos. Autor desconocido. Arxiu Fotogràfic de Barcelona

Quan jo era jove,'m figurava que l'artista portava ja à dins d'ell mateix quelcom de lo que més tart havia de constituhir la seva personalitat. Tot artista ha d'ésser de la seva época; algunas voltas la surpassa, però sempre's coneix l'ambient que l'ha rodejat. Jo, pobre de mi,'m creya que l'art sortia espontaniament, que l'artista, despres d'estudiar y donar à la seva obra personalitat, aqueixa cosa que distingeix à un mestre del altre; jo'm creya, donchs, en la meva ignocencia, què'l qu'havia conseguit això ja tenia feta alguna cosa, y per aquesta rahó detestava totas las escolas de Bellas Arts y totas las ensenyansas oficials, d'ahont els deixebles surten ensenyats y fets ab el mateix patró. Peró, per altra part, me deya: «Els que tinguin talent ja se'n sortiran. En épocas en que no hi ha hagut escolas oficials, també hi han hagut grans artistas.» Aixis pensava jo en aquells ditxosos temps.

Donchs, si: vaig comensar à estudiar el modernisme, creyent qu'aixó seria la complerta independència. Fora trabas, fora escolas; oblidar tot lo que s'ha fet fins ara; crear quelcom de nou!... Però à mi si que m'ha sortit el tret per la culata; perquè'l modernisme, segons las mevas rebuscas, es tot al revés de lo que jo'm pensava. Y si no, vagin seguintme.

[Cuando yo era joven, me figuraba que el artista llevaba ya dentro de sí mismo algo de lo que más tarde debía constituir su personalidad. Todo artista debe ser de su época; algunas veces la sobrepasa, pero siempre se conoce el ambiente que lo ha rodeado. Yo, pobre de mí, creía que el arte salía espontáneamente, que el artista, después de estudiar y dar a su obra personalidad, esa cosa que distingue a un maestro del otro; jo creía, pues, en mi inocencia, que el que había conseguido esto ya tenía hecha alguna cosa, y por esta razon detestaba todas las escuelas de Bellas Artes y todas las enseñanzas oficiales, de donde los discípulos salen enseñados y hechos con el mismo patrón. Pero, por otra parte, me decía: «Los que tengan talento ya se las arreglarán. En épocas en que no ha habido escuelas oficiales, también ha habido grandes artistas.» Así pensaba yo en aquellos dichosos tiempos.

Pues, sí: comencé á estudiar el modernismo, creyendo que esto sería la completa independencia. Fuera trabas, fuera escuelas; olvidar todo lo que se ha hecho hasta ahora; ¡crear algo nuevo! ... Pero a mí si que me ha salido el tiro por la culata; porque el modernismo, según mis rebuscas, es todo al revés de lo que yo me pensaba. Y si no, vayan siguiéndome.]

Joan Brull. «Notas d’art». Joventut, 24-1-1901, núm. 50, p. 75-76